El pasado fin de semana tuvo lugar en la escuela de Valencia el taller de Carlos Spottorno. Nacido en Budapest en el setenta y uno y criado en Roma, París y Madrid, decidió ir a uno de los sitios más remotos del mundo para hacer fotos: Xinjiang, Asia Central, una ciudad-prefectura donde los habitantes son de origen turco. De ahí nace CHINA WESTERN, libro nacido hace unos meses que con mucho cariño nos presentó la tarde del sábado.
“¿Por qué y para qué hacer un libro?”, nos preguntó tras presentarnos. Con nuestras respuestas surgieron nuestras propias contradicciones.
“Para mí, el libro es el medio de expresión que más se adecua a lo que hago”, dijo. A partir de ahí las discordancias empezaron a difuminarse.
Carlos nos enseñó seguridad, nos enseñó a ser convincentes, a tener los pies en la tierra, a ser decisivos, a luchar por llegar a nuestras metas y, lo mejor de todo, nos enseñó un camino.
El camino pasa por tener unos objetivos claros. Un buen libro es un hito necesario en una carrera como fotógrafo.
Decidir un proyecto que realmente nos interese, de manera que no escatimemos esfuerzos. Planificar el trabajo por anticipado con todos los medios que dispongamos. Preparar maquetas que nos permitan presentar el trabajo a concursos. Lidiar con todos los golpes que se reciben durante el proceso. Volver a presentar el trabajo a los concursos. Defenderlo ante un editor y no dejar de supervisar todo el proceso.
En resumen es una carrera de fondo y con obstáculos, que hay que seguir de manera obstinada para que llegue a buen fin.
En un taller la cercanía con el fotográfo descubre sus grietas, en este caso las grietas de Carlos Spottorno nos iluminan el camino.
Y así fue cuando le enseñamos nuestros proyectos y aplicó su visión a nuestro trabajo.
Una vez me dijeron que la intensidad siempre encuentra su medio. Ahora lo entiendo todo.
Lidón Forés y Enrique Galdú.
Fotos de Enrique Galdú.
Fotos de Enrique Galdú.
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