28/4/09

Kesselskramer Publishing

Kesselskramer Publishing es una editorial independiente cuya producción se centra en gran medida en libros de fotografía. Destacamos su filosofía centrada en la investigación y creación de nuevos conceptos de trabajo para libros, series, álbums...Esto hace que cada proyecto sea diferente, personalizado, en función de su naturaleza, y además esté realizado con mucho mimo. Os invitamos a conocerla:

26/4/09

Alejandro Marote expone "A" en Malasaña

Alejandro Marote, nuevo miembro de Blank Paper, inauguró el 17 de abril en El Rincón la exposición sobre su primer proyecto, "A", realizado entre 2007 y 2009. Antes de formar parte del colectivo, Alejandro fue alumno de La escuela durante varios años y realizó talleres con fotógrafos como Anders Petersen, Michael Ackerman o Antoine D'Agata, que le sirvieron para comenzar a madurar su propio concepto y lenguaje fotográficos
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La exposición se puede visitar hasta el día 15 de mayo en El rincón (Calle Espíritu Santo 26)
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www.alejandromarote.com

24/4/09

Alex Majoli: el equipo es lo de menos

Alex Majoli se convirtió en el miembro más joven de Magnum en 2001. Ha cubierto guerras, desde Yugoslavia hasta Irak, y ha tratado temas de gran calado social, como su trabajo sobre el hospital psiquiátrico de Leros (Grecia), o sobre la prostitución en Bahía (Brasil). Fotografió varias historias importantes para la revista Newsweek. Se pasó un mes en China retratando la vida diaria en el gigante asiático. Estuvo en Congo dos semanas y en Irak dos meses. En estos dos sitios fotografió la guerra. Sus fotos ganaron algunos de los más prestigiosos premios en 2004, incluyendo el premio “Fotógrafo de periódico del año” de la Asociación Americana de Fotógrafos de Prensa.
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(c) Alex Majoli
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Sería lógico que trabajando en lugares tan remotos y frecuentemente peligrosos usara una cámara grande, rápida, una reflex profesional. Sin embargo, Majoli sacó todas las fotos con una compacta Olympus C-5050 digital... la misma cámara que cualquier turista se llevaría a Disney World. Recientemente ha usado la C-8080 junto a sus viejas C-5050 y C-5060, para la mayoría de sus trabajos, incluyendo las fotografías en Israel para Vanity Fair y las elecciones para Newsweek. Majoli reconoce que la mayor parte de sus colegas piensan que está loco, pero lo cierto es que ha estado fotografiando con compactas digitales durante tres años, desarrollando técnicas para combatir sus limitaciones y explorando sus únicos puntos fuertes, que todavía le intrigan. " Estaba interesado en encontrar una cámara que me diera una nueva forma de acercarme al sujeto" dice Majoli de 34 años, quien nació en Italia y reparte su tiempo entre allí y Nueva York. Su inglés es claro con acento italiano. "Con esta cámara puedes fotografiar de forma diferente"
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Majoli, profesional de la fotografía desde 1990, descubrió el nuevo camino que ofrecen las compactas digitales cuando trabajaba en su proyecto de libro 'Un día en la vida de África' a principios de 2002. Olympus era una de los patrocinadores y le dieron una E-20 y una C-4040.
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"Encontré la C-4040 increíble" dice. "Tan pequeña. Y genera buenos ficheros. Eso era lo grande, el tamaño y la calidad del fichero".
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Pero otras cualidades que diferencian las compactas que usa de las reflex encajan bien con sus preferencias al fotografiar. Majoli dice "La pantalla que gira y el disparo realmente silencioso. Las digitales son geniales por la noche. La profundidad de campo es fantástica, todo está a foco. Esta fue otra de las cosas interesantes. Es como el video, casi todo lo visible está a foco. Es una nueva forma de ver el mundo".
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La 4040 no fue su primera digital. Su experiencia anterior fue la EOS D30, la usó al cubrir la invasión americana de Afganistán. Pero tal vez es más fácil de entender por que no se enamoró de la D30 si pensamos que antes de la C-4040 él usaba Leica de visor externo, el sistema M, con objetivos 28mm y 35mm. En un día típico de trabajo, lleva cuatro compactas Olympus, y ninguna reflex digital o de carrete. En 2003, empezó a usar la 5050 y 5060, y en verano de 2004 añadió a la bolsa la 8080. Lleva seis o siete tarjetas Lexar Compact Flash de 512Mb pero ningún accesorio, ni tan solo un flash externo. Cuando el trabajo va a ser largo, lleva un par de cámaras más (seis en total) así puede hacer frente a cualquier fallo de sistema (seis cuerpos C-5060 tienen el mismo peso que dos Canon Eos 1DMK II).
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(c) Alex Majoli ...
Hacer fotoperiodismo efectivo con compactas requiere algunas técnicas particulares. El retraso del disparador es el obstáculo número uno. Como con las primeras reflex digitales, tiene que anticiparse y ha aprendido un nuevo ritmo de disparo, pero reconoce que no puede eliminar completamente el problema. Aun así, compensa ese defecto por pre-fijar el enfoque antes que confiar en el autofoco. Esa técnica depende del hecho de que el enfoque perfecto no es tan critico como lo era en analógico o en una reflex digital. Eso es gracias a la gran profundidad de campo que dan las cortas distancias focales en una compacta digital (la profundidad de campo de una 5060 es 5.7 - 22.8 mm, que da un 27-110 en 35 mm). Majoli ademas fija manualmente la exposición o usa el bloqueo de exposición cuando dispara en modos automáticos, que da alguna mejora marginal en la respuesta de la cámara.
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Como habitualmente fotografía para magazines, necesita menos el disparo en ráfaga. En Irak, cuando tenia que disparar ráfagas, usó una nueva estrategia. Llevaba dos 5050 al cuello, con una cinta mas corta que la otra. Así quedan a diferentes alturas sobre el pecho. La cámara estaba prefijada a ráfaga de tres fotos. Cuando una secuencia larga era necesaria, dispara la ráfaga de tres fotos, cambia a la otra y repite. Entre tanto, la primera cámara tiene tiempo para vaciar el buffer.
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"Este sistema es más rápido que darle a la palanca manual de la Leica", dice. Con la C-5050, Olympus inició la serie de cámara llamadas Pro-sumer, con monitores LCD rotativos. A Majoli le encanta esa funcionalidad, usarla permite sacar fotos sin llevarse la cámara al ojo.
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Es una técnica que encaja muy bien con el silencio del disparador cuando desconectas todos los bips y sonidos pregrabados. "Ha cambiado la forma de fotografiar", dice el fotógrafo. " La gente no se da cuenta de que estas sacando fotos, es fantástico, fantástico".
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(c) Alex Majoli ...
Otra cualidad de las compactas que irritaría a muchos fotoperiodistas es la falta de lentes intercambiables, no molesta mucho a Majoli. Cuando usaba Leica, disparaba solo con 28 mm y 35 mm, así que los zooms en Olympus le dan más versatilidad y alcance que a lo que antes estaba acostumbrado.
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Todos los ficheros que saca son JPG con la menor compresión posible. En exteriores ajusta el balance de blancos a 'soleado'. Por otro lado, deja el resto de parámetros como contraste y saturación a los valores por defecto. Aunque le encanta la enorme profundidad de campo, le da problemas el aspecto de las fotos, en especial el contraste. En la época Leica, usaba Tri-X revelado con D-76. Sus ficheros Olympus muestran mucho mas detalle en las sombras que en los viejos tiempos con Tri-X, dice. Así que se ve a menudo incrementando el contraste de los ficheros en photoshop, pero parte de si mismo lo considera un mal habito.
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"En digital, puedes verlo todo" dice. "Estaba acostumbrado a tomar el máximo de detalle posible en las sombras, y ahora casi lo puedo ver todo. Es más de lo que necesito, así que intento ir atrás a lo que solía ver en el pasado. Es erróneo, psicológicamente el digital es algo diferente a la película pero intento volver a la idea de lo que la película podía hacer. La película da más 'negro', necesito el negro".
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En otros aspectos, Majoli está satisfecho con las imágenes de su compacta, y también sus clientes. "Al principio, había un problema general con el digital, no con mi cámara en concreto. Pero puedo decir que he fotografiado para National Geographic con compactas. Fotografió y enseño las copias, y olvidan qué cámara he usado. Los colegas fotoperiodistas de Majoli son algo más reacios. En Irak, otros fotografos me miraban como si estuviera loco. El fotógrafo recuerda "Decían, ¿qué? ¿a dónde vas con eso ? Pero he influenciado a muchos de mis colegas. Están probando las compactas. Al principio necesitan algo de ayuda". Aunque ha tenido mucho éxito con sus compactas, hay algunas mejoras que le gustaría ver. Cuando las sumas, describen una síntesis entre lo viejo y lo nuevo. "Echo de menos lo robusto de las viejas cámaras - Olympus OM-1, Leica. El sueño seria una digital del tamaño de una 5060, no mayor que una Leica, digamos, con lentes intercambiables. Lentes pequeñas. Me gustaría ver lentes fijas, no zoom. Tal vez aberturas mayores, f/1.8. El fichero es bueno. No necesito veinte millones de píxeles"
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Y algo más "Me gustaría tener las mismas baterías para todo, para el iPod, la cámara, el portatil, el móvil, la palm pilot. Todo tendría que poder cargarse en el mismo cargador, ahora me vuelvo loco"
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(c) Alex Majoli ...

18/4/09

I Encuentro de La escuela Blank Paper

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La Masía de San Juan, en Segorbe, fue el lugar elegido para celebrar el fin de semana del 27, 28 y 29 de marzo el I Encuentro entre las dos sedes de La escuela Blank Paper: Madrid y Castellón. A pesar de estar situada entre los parques naturales de la Sierra de Espadán y Calderona, de la gran tranquilidad que allí se respiraba o de la preciosa arquitectura del enclave, se trataba esta vez de un marco comparable. Comparable a la alegría y satisfacción del ambiente que se generó, al gran entusiasmo que todos tenían por conocer nuevos compañeros y a las enormes ganas de trabajar que hubieron
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El viernes por la noche, tras dar la bienvenida a todos los asistentes, se comenzó con la proyección de los trabajos de los alumnos, que nos permitiría conocer lo que cada uno estaba realizando y a los profesores poder situarse y prepararse para el visionado del sábado. Este iba a ser un momento importante para los alumnos: en la jornada de visionado de portfolios el trabajo fotográfico de cada uno iba a ser examinado por nueve personas, lo que se traduce en nueve puntos de vista distintos, con sus coincidencias y sus diferencias, pero sobre todo en muchas claves para continuar trabajando y avanzando sin prisa pero sin pausa en aquello que nos apasiona y obsesiona a partes iguales
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Y después de una jornada larga e intensiva de trabajo era el momento de descansar, reponer fuerzas y divertirse: después de cenar pudimos disfrutar y aprender con la proyección de los trabajos de los profesores. Tras ello, por fin llegaba el momento más esperado, los vinilos empezaban a girar, la música comenzaba a sonar y la gente empezaba a bailar en lo que sería la fiesta más esperada de los últimos tiempos, al menos en la Masía de San Juan…
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Ninguna reseña haría justicia a lo que allí vivimos, y si hubiera que resumirlo en una frase se podría decir que fueron unas jornadas que nos hicieron muy felices a todos y que pronto esperamos repetir
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Alberto Lizaralde, compañero de La escuela, mandó este correo electrónico que nos gustaría mostrar porque resume muy bien los pensamientos, sensaciones y sentimientos que todos tuvimos:
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Es extraño. Es realmente extraño volverte de un fin de semana como este tirando a la basura tu último trabajo y sin embargo estar contento por hacerlo. Es extraño, sí. Comencé viendo el mundo en blanco y negro. Ortodoxo. Viajé a India. Gastado. E hice un trabajo sobre un niño de la calle. Lugar común. Me siento muy orgulloso de aquello. Me veo en esas fotos y me alegro de haber usado dos años de mi vida en ello. De repente comienzo a ver el color. Me gusta y me ciega. Comienzo a desarrollar el trabajo que visteis en Castellón. Y, aunque ya lo sabía, cuando coloqué las imágenes sobre la mesa delante de vosotros lo vi más claro: tenían que ir a la basura. Pero no porque me parezcan malas o no me gusten. Simplemente porque no me veo en ellas. El camino entre el blanco y negro más tradicional y la locura cromática me ha colocado en el sitio que creo que me corresponde y que quiero hacer: el color más reflexivo, más pausado. No puedes decir que algo no te gusta si no lo has probado. Os quería dar las gracias por haber conseguido que me enfrentara a ello. Porque habéis sido vosotros, los profesores, los que habéis hecho que, poco a poco encuentre el sendero que me gusta. Y, de verdad, cada uno de vosotros me está llenando mi mochila de cositas que antes no veía por ningún lado y que ahora considero que enriquecerán mi trabajo: retratos + paisaje + color + reflexión + trabajo... Habéis conseguido que me acerque, que disfrute y que añada a mi forma de mirar cosas que antes ni se me pasaban por la cabeza. Como le dije a Oscar Monzón en su taller "Estoy aquí porque no me gusta el paisaje." Ahora me gusta. Quería daros las gracias por este fin de semana tan cojonudo que me ha colocado donde creo que debo estar. Me encantaría que fuerais conscientes de lo importantes que llegáis a ser en nuestras mentes y en nuestra forma de mirar el mundo. Por vuestra culpa a veces pasamos noches de insomnio pensando en frases o en imágenes. Y cambiamos la forma de mirar y de entender el mundo. Y de vivirlo. Gracias. Nos vemos en la próxima con más queso, más jamón y más cerveza.
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